Victor
Voltio
Echando chispas
XXXV
La Prostitution lingüística
¡Uf! ¡Cómo está
España! Pero- ¿no se os puede dejar a solas un añito o dos y ya se monta la
gorda? Al volver después de casi dos años, me quedo impresionado. Me mofo graciosamente de que los alcaldes
todavía se cuelgan el distintivo ‘ilustre’ (para que se parezcan más a un Conde,
cosa que no les corresponde, vea el artículo anterior) cuando hay asuntos mucho
más serios en curso. Ahora nos imponen la dichosa ‘ley de seguridad ciudadana’.
¡Que bien suena! El nombre sugiere protección y seguridad para el sufrido
ciudadano, cuando es exactamente lo contrario. Se disfraza el lobo de oveja y
la gente no se da cuenta del pufo. Y la ley trae salsa: mirar mal a un policía
te puede costar 3.000 € de multa. Un representante de la ley cachea a una
ciudadana ‘sospechosa’ y se entretiene demasiado tiempo en cachearle las tetas.
Se le escapa a la mujer: “So cabrón”. 1000 € de multa- para la mujer, dice la
ley. Sacar una foto o grabar en video a un policía realizando su labor (léase:
un policía aporreando a un manifestante): hasta 30.000 € de multa. En el caso
de la muerte de un vecino del rabal barcelonés, apaleado por ocho mossos el día
6 de octubre, los vecinos que grabaron el exceso de la policía con sus móviles
se enfrentarían ahora a multas de miles de Euros por atentar contra el honor de
los agentes. A ver quién se atreve a protestar ahora. ¿Es eso lo que queda de
la democracia española? Es el más puro Franquismo. Y me abstengo a buscar referentes
entre las leyes hitlerianas. Esta ley nos deja a los ciudadanos totalmente
indefensos ante cualquier abuso del poder estatal, pero no quiero hablar aquí
del contenido. Quiero hablar del continente, del disfraz, de la semiótica. Esta
ley se llama “ley de seguridad ciudadana” y desde luego, no lo es. Es más bien
una ley de inseguridad ciudadana. ¿Cómo se permite que la lengua española se
desvirtúe, se prostituya de esta manera?
¿No es hora ya que
la Real Academia Española empiece a denunciar los abusos, la violación de la
lengua española cometido por los políticos y repetido por los medios? Los
honorables de la Real Academia son los guardianes de la lengua por defecto y
nombramiento. Permitan que les recuerde:
es propósito de la Real Academia «fijar las voces y vocablos de la lengua
castellana en su mayor propiedad, elegancia y pureza» El término “ley de
seguridad ciudadana” es más hipócrita todavía que el del “peaje de respaldo”,
un invento de Iberdrola que suena a donación para la Cruz Roja y en realidad
fusila todo intento de los ciudadanos de sacar provecho a la energía solar en
España. ¿Son tan cómodos los sillones de la academia que los forjadores del
verbo no se percatan de las perversiones que se cometen?
Desde el año 1991
se ‘premia’ cada año en Alemania el “Unwort des Jahres”, el término más
hipócrita del año, para llamar la atención sobre el uso que se da a la lengua,
palabras que discriminan, venden gato por liebre, términos que atentan contra
la dignidad o los principios democráticos. Entre los galardonados se encuentran
atrocidades como “limpieza étnica” (1992), palabra que se refería a los
asesinatos en masa en la Ex – Yugoslavia, “daños colaterales” (1999) palabra
que disfrazaba los miles de muertos civiles en la guerra de Irak, o “capital
humano” (2004), palabra que reduce al ser humano a un factor meramente económico.
Fue la asociación de filólogos alemanes que se inventó esta medida para llamar
la atención sobre la creciente decadencia en el uso del idioma alemán. Y
consiguió repercusión de sus ‘premios’ en las portadas de los periódicos. Para citar una vez más al filólogo alemán
Klaus Dillenberger: ‘la decadencia del verbo allana el camino para la
decadencia del pensamiento’. Y tiene razón: si no se llama la atención sobre esta
creciente prostitución lingüística, miedo me da el derrotero que tomará nuestro
pensamiento
Tiene su guasa
que tenga que ser yo el que vele por la salud de la bella lengua castellana…
Os saluda Victor
Voltio
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