Víctor Voltio
notas de un
emigrante VIII
Estamos a
principios de marzo y van cuatro meses- cuatro meses en los que se cuenta la
presencia del sol por horas. No, al día no, ¡al mes!! El sol no se ve más que
por la tele. Ahora entiendo porque los alemanes salen a manadas a las Canarias
en invierno. A nada que me lo permitan los ingresos, haré lo mismo. El cielo aquí,
pues se aprende mucho sobre los matices de grises- el gris plomo, el gris
hormigón, el gris blancucho, si sale un día bueno... grises para elegir, pero
siempre gris. Leí hace tiempo que los esquimales tienen veinte palabras
diferentes para definir 'la nieve' según su estado y su calidad. Los alemanes
bien podrían hacer lo mismo con el cielo, dedicarle unas palabras específicas
para definir los grises, ya que disponen en su idioma de la maravilla de las
palabras compuestas, que da mucho juego. Pero en realidad, igual tienen razón,
-¿para qué? Si en total, el cielo es gris, gris, gris. Te hartas. En la radio decían
que es el invierno más oscuro desde hace 40 años. ¡menudo consuelo!
Sin embargo,
tienen placas solares hasta en los techos de los gallineros. Y ¿porque? ¿todo
por las ansias de captar algún rayo de sol, si es que sale? ¿Idealismo
ecológico de ricachones? ¿No será que el subconsciente colectivo les impulsa a apostar
por la energía solar para salvar al mundo para quitarse de encima el peso de los
cometidos de la época nazi? ¿O será que salen las cuentas? ¿Mismo en Alemania,
el reino de las nubes?
Me permitiré echar unos cálculos al respecto en una de
las próximas notas. Puedo adelantar que sí que salen las cuentas, es cuestión
de plazos. Los ahorros en importaciones de combustible fósil generados por el
aprovechamiento de la energía solar llegan ya en la actualidad a varios miles
de millones de Euros al año. Pero dejémoslo para otro día, tengo que preparar
un viaje a Berlín, asuntos de trabajo.
un pueblo alemán cualquiera. |
¡Pero si me sale
más caro coger el tren a Berlín que
viajar en avión a España! La verdad es que los desplazamientos en
Alemania hay que pensarselo bien. Berlin queda a unos 600 km. Si me voy en
coche, la ida y vuelta me cuestan unos 200 € en Gasolina y 6 o 7 horas de
viaje, si no hay atascos, lluvia, hielo o de todo un poco. Un coñazo, para
decirlo claro. Pues en tren. Tambien son unas 6 horas (esto no es España, ya lo
dije alguna vez) pero costar cuesta más que el AVE, 230 € ida y vuelta. Eso si,
si compras con antelación, hay descuentos. Pero sólo hay descuentos si tienes
la Bahnkarte, una especie de tarjeta Renfe de aquí. Esa también hay que comprarla,
hay diferentes categorías con diferentes descuentos. Así que hay que meditar
las veces que utilizarás el tren este año, para decidir la categoría de tarjeta
que comprar. ¿me seguís? Creo que tendré que redactar un manual para los recién
llegados a Alemania, una especie de manual de usuario, que todo tiene su truco-
y eso que se supone que te lo ponen fácil... ¡Vaya! Yá no hay descuento para mi
viaje, he meditado demasiado que tarjeta comprar y ¡salgo mañana! ¿Pero aflojar
230 € sólo para ir? ¡Me niego! Ahora recuerdo que en tiempos de estudiante
solía desplazarme en coches compartidos, agencia autostop se llama en España
ese sistema. Pues me meto en Internet a ver lo que hay, si encuentro algo.
!Pues sí! Me ha costado ni 5 minutos. ¡Hay uno que sale con coche de un pueblo
cerca del mío a la hora que me conviene! Le llamo, quedamos donde encontrarnos
y solucionado. Le aporto 30 € para la gasolina y punto. Me llevan como en Taxi,
él conduce y yo, a disfrutar. Así sí se puede. Ya que estaré por Berlín,
intentaré ver a Ángela para recordarle que en la península la gente lo está pasando
muy mal y explicarle que no son los mismos que han pedido el dinero que los que
ahora tienen que pagar la factura...