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domingo, 31 de marzo de 2013

El cielo sigue gris




Víctor Voltio
 notas de un emigrante VIII

Estamos a principios de marzo y van cuatro meses- cuatro meses en los que se cuenta la presencia del sol por horas. No, al día no, ¡al mes!! El sol no se ve más que por la tele. Ahora entiendo porque los alemanes salen a manadas a las Canarias en invierno. A nada que me lo permitan los ingresos, haré lo mismo. El cielo aquí, pues se aprende mucho sobre los matices de grises- el gris plomo, el gris hormigón, el gris blancucho, si sale un día bueno... grises para elegir, pero siempre gris. Leí hace tiempo que los esquimales tienen veinte palabras diferentes para definir 'la nieve' según su estado y su calidad. Los alemanes bien podrían hacer lo mismo con el cielo, dedicarle unas palabras específicas para definir los grises, ya que disponen en su idioma de la maravilla de las palabras compuestas, que da mucho juego. Pero en realidad, igual tienen razón, -¿para qué? Si en total, el cielo es gris, gris, gris. Te hartas. En la radio decían que es el invierno más oscuro desde hace 40 años. ¡menudo consuelo!
Sin embargo, tienen placas solares hasta en los techos de los gallineros. Y ¿porque? ¿todo por las ansias de captar algún rayo de sol, si es que sale? ¿Idealismo ecológico de ricachones? ¿No será que el subconsciente colectivo les impulsa a apostar por la energía solar para salvar al mundo para quitarse de encima el peso de los cometidos de la época nazi? ¿O será que salen las cuentas? ¿Mismo en Alemania, el reino de las nubes?
 
un pueblo alemán cualquiera.


Me permitiré echar unos cálculos al respecto en una de las próximas notas. Puedo adelantar que sí que salen las cuentas, es cuestión de plazos. Los ahorros en importaciones de combustible fósil generados por el aprovechamiento de la energía solar llegan ya en la actualidad a varios miles de millones de Euros al año. Pero dejémoslo para otro día, tengo que preparar un viaje a Berlín, asuntos de trabajo.
¡Pero si me sale más caro coger el tren a Berlín que  viajar en avión a España! La verdad es que los desplazamientos en Alemania hay que pensarselo bien. Berlin queda a unos 600 km. Si me voy en coche, la ida y vuelta me cuestan unos 200 € en Gasolina y 6 o 7 horas de viaje, si no hay atascos, lluvia, hielo o de todo un poco. Un coñazo, para decirlo claro. Pues en tren. Tambien son unas 6 horas (esto no es España, ya lo dije alguna vez) pero costar cuesta más que el AVE, 230 € ida y vuelta. Eso si, si compras con antelación, hay descuentos. Pero sólo hay descuentos si tienes la Bahnkarte, una especie de tarjeta Renfe de aquí. Esa también hay que comprarla, hay diferentes categorías con diferentes descuentos. Así que hay que meditar las veces que utilizarás el tren este año, para decidir la categoría de tarjeta que comprar. ¿me seguís? Creo que tendré que redactar un manual para los recién llegados a Alemania, una especie de manual de usuario, que todo tiene su truco- y eso que se supone que te lo ponen fácil... ¡Vaya! Yá no hay descuento para mi viaje, he meditado demasiado que tarjeta comprar y ¡salgo mañana! ¿Pero aflojar 230 € sólo para ir? ¡Me niego! Ahora recuerdo que en tiempos de estudiante solía desplazarme en coches compartidos, agencia autostop se llama en España ese sistema. Pues me meto en Internet a ver lo que hay, si encuentro algo. !Pues sí! Me ha costado ni 5 minutos. ¡Hay uno que sale con coche de un pueblo cerca del mío a la hora que me conviene! Le llamo, quedamos donde encontrarnos y solucionado. Le aporto 30 € para la gasolina y punto. Me llevan como en Taxi, él conduce y yo, a disfrutar. Así sí se puede. Ya que estaré por Berlín, intentaré ver a Ángela para recordarle que en la península la gente lo está pasando muy mal y explicarle que no son los mismos que han pedido el dinero que los que ahora tienen que pagar la factura...

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