Translate

domingo, 7 de abril de 2013

Victor Voltio en Berlin



Notas de un emigrante IX

Berlín me pone nostálgico. Por un lado por haber estudiado aquí, pero también porque la ciudad tiene bastante parecido con las ciudades de España: Bares y cafeterías por todas partes, un 20% de parados y otro 16% de la población que malvive con el subsidio. No falta ni el rumano en la calle con su inseparable acordeón. Para colmo coincido con media docena de amigos de España pasando el puente en la capital alemana y casi echo a llorar de emoción. Llegué aquí con un coche cogido en una agencia autostop por internet. 'Mitfahrgelegenheit' es la palabra que poner en Internet, tomad nota, es el mejor medio de transporte en Alemania con diferencia. Barato y ameno. Mi chofer de ida resulta ser un austríaco de unos 40 años, guapo y encantador. Me cuenta que tenía en Berlín una empresa de Catering con 80 empleados, pero a causa de la quiebra de dos empresas clientes antes de cobrar el, quebró la suya también. Así que estas desgracias no solo pasan en España... Ahora se gana la vida suministrando víveres y consumibles a los barcos de cruceros fluviales que surcan las aguas del Danubio y del Rin. Y no le va mal, según dice. A 160 por hora a piñón fijo (en el carril del medio para dejar sitio en el de la izquierda para los que tienen prisa, ya lo expliqué en las notas 2) conversamos animadamente sobre las intrigas de los integrantes del Club Bilderberg y las artimañas del poder en general y llegamos a Berlín en un periquete.
Berlín me parece anticipar de alguna manera como serán las ciudades españolas dentro de pocos años. Menos en las millas de oro como la Friedrichstrasse o el Kurfürstendamm, se ven espacios públicos descuidados y gente mal vestida. Pero se ven pocos mendigos, digo a mi amiga anfitriona. Me hace una mueca y contesta: '¿y a quien van a pedir algo? ¡Si en este barrio no sobra un céntimo a nadie!' Dice el alcalde Wowereit: “Berlín es una ciudad pobre, pero sexy!“ Y de alguna manera tiene razón. Es políglota a no poder más, efervescente, viva y siempre sorprendente. Si te quitas de la cabeza el glamour de las ciudades españolas, descubres la gracia de Berlín, aunque tenga menos esplendor. Locales que ofrecen delicias del mundo entero, tiendas con las ofertas más inverosímiles, comida biológica para perro y gato, peluquerías para diseño de pubis, páginas enteras se pueden llenar con las cosas que se ven. Curiosamente, no hay chinos 'todo cien'. De moda están cafés o bares-tienda, si te gusta algo de la decoración, te lo compras y te lo llevas. Cambio constante- tal como llamaba un pintor conocido de Zaragoza su planteamiento artístico.
Desplazándome en el metro  estoy sentado en un banco y en el banco vacío de enfrente surge del baúl de mis recuerdos una chica de mi época de estudiante. Tenía el pelo liso, el cuerpo fino, vestía vaqueros y una sudadera de color gris verdoso. Estaba sentada enfrente de mí y de alguna manera se nos enganchó la mirada con los ojos medio cerrados, casi como dormitando. Nos mirábamos y por un casi imperceptible amago de sonrisa en la punta de sus labios sabía que ella estaba pensando en lo mismo que yo. Mientras el tren seguía su recorrido, nosotros nos seguíamos mirando. Con los dedos de la mano derecha  acariciaba yo mi brazo izquierdo de forma disimulada y ella sabía que la caricia era para ella. Me contestó con un movimiento similar y una burbuja de sensualidad nos aislaba de los demás pasajeros. Nos entregábamos el uno al otro de una forma cada vez más evidente. No recuerdo el tiempo que duraría el viaje. Llegando el metro a su parada, se levanta ella, me sonríe abiertamente y me dice: „Gracias por el polvo“ y se marcha por la puerta. Carraspeo y contesto: „el placer ha sido mío“, pero ya no me podia oír.
En fin. Recuerdos. Berlín siempre sorprende.
Si conoces los pueblos de España, cada vez más de ellos alumbrados por la noche con farolas LED, sorprende también ver que en Berlín, la capital del país puntero en tecnología, en muchos barrios se iluminan las calles con farolas alimentadas con gas. Si, lo que oyes- con gas, como en los tiempos de Unamuno. Sólo faltaría ver un carruaje de caballos por la calle para completar la imagen urbana de finales del siglo 19. Pero iluminan bien, lo suficiente para esquivar las cacas de perro en la acera, sin sacar del bolsillo la linterna que siempre conviene llevar en Alemania.
La jornada a la que asistí, prometedor. El gobierno de Tailandia está decidido a fomentar las aplicaciones de la energía solar en sus industrias, facilitando créditos y contactos. Mientras en España, el empresario está convencido que 'esto de la energía solar' no funciona y el gobierno pone trabas en vez de ayudas, los competidores en Asia espabilan y avanzan en su modernización. Cae el dato que China hasta el año 2020 quiere tener instalados 300 millones de m2 de térmica solar, vamos, un ritmo de 40 millones de metros2 cada año. Como si nada. En España se instalan al año unos 100.000 metros, más o menos, si es que llega.
El viaje de regreso a mi pueblo lo hago con el mismo sistema de coche compartido. Esta vez me toca un chofer que ha trabajado años en organismos oficiales en los países que me interesan como destino para mis objetivos en energía solar: India, Pakistán, Turquía. Me dice que tiene en sus archivos  decenas de señas de empresas que puedan ser posibles clientes para mí y que me los mandará por mail. Intercambiamos tarjetas y nos despedimos hechos amigos. No es lo mismo que te concedan 20 minutos de entrevista en una embajada que pasar juntos 5 horas en un coche con tiempo de hablar distendidamente de todo. Y ahora-  ¿tengo que decir: menuda suerte de no tener dinero para el billete de tren?
Me atengo a Rubén Blades: " la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida, ay dios..♪♫.."

No hay comentarios:

Publicar un comentario