VV
XVI
Pagando,
como siempre
Difícil
es no hablar de futbol esta semana. Cuatro goles en contra se han
llevado a casa cada uno de los dos equipos españoles que se
disputan el honor de ser el mejor club del mundo. Por lo que se ve,
está crecidita la competencia. Bueno, la verdad es que los alemanes
llevan años tomando nota como juega el Barcelona y algo han
aprendido. Al Barcelona parecía que les habían metido un somnífero
en el muesli de la mañana antes del partido con el Bayern, pero que
el Borrusia le endose otros cuatro a un Madrid peleón da de pensar.
Así por lo menos no hay discusión en casa de quién ha jugado peor
de los dos: cuatro goles para cada uno y en paz. Alemania se alegra y
también se siente casi un poco de vergüenza de dar semejante repaso
a sus queridos ídolos. Pero el asunto dominante de estos días es
otro:
El
gran cacique del Bayern Múnich, Uli Hoeness, tenía escondido en
Suiza unos cuantos millones sin declarar y sin pagar los impuestos
correspondientes. Mal asunto porque él es un conocido moralista,
portador de la bandera de honradez y disciplina. Se auto denunció
ante la hacienda alemana no tanto por ser moralista sino porque
últimamente, la famosa discreción de la banca suiza está haciendo
aguas gracias a filtraciones de empleados que se indignan o
simplemente quieren rascar lo suyo. Se ve que la servidumbre ya no es
lo que era. Hoy en día te puedes llevar los datos de miles de
clientes en un pendrive del tamaño de una uña sin que se entere
nadie, por muchos controles que haya. Pero siguen siendo
imprescindibles para que los ricos hagan sus negocios y gracias a
estos empleados nos enteramos. Malo para los evasores, pero bueno
para los ciudadanos contribuyentes. El caso de Hoeness llevó la
discusión sobre el fraude fiscal a primera plana de los medios, en
la prensa, en la radio y en la tele se suceden los debates sobre el
tema. Dijo el sicólogo Erich Kirchler en una entrevista: "el
ciudadano está empezando a entender que la evasión fiscal no es un
acto contra la política o contra un gobierno, sino que es un acto
contra la sociedad misma y por lo tanto concierne a todos".
Esperemos que el ciudadano común español también empiece a
entender pronto que los miles de millones evadidos cada año por los
pudientes los tiene que poner él de su bolsillo y deja de
aplaudirles. Para que quede claro: no estamos hablando de la
Cafetería que no pasa todas las cañas por caja o de la peluquera
que no registra cada corte de pelo. Estamos hablando de la clientela
de Gao Ping y similes, que cada año evaden miles de millones. Buena
parte de los brutales recortes nos las podíamos haber evitado con
los impuestos evadidos. Aparte de Hoeness en lo que va el año había
unos 3.300 auto denuncias a Hacienda en Alemania para evitar penas de
cárcel (a causa de las filtraciones de Falciani) que aportaron más
de 2 mil millones a caja hasta ahora.
Pero
estoy divagando. Prometí aportar unos datos aclaratorias de lo que
cuesta la fotovoltaica en España. Vamos allá:
Según
datos de la CNE, el consumo eléctrico anual 2011 en España era de
unos 255 TWh. Se pagaron en primas a la fotovoltaica 2.610 millones
de €. Dividimos los € por TWh y resultan 1,02 ct€ de sobrecoste
por kWh de electricidad consumida. ¿Carísimo? ¡No me jodan! ¿Para
una generación eléctrica sin importación de combustible, sin
contaminación y con un recurso inagotable? ¿Para dar empuje inicial
a una tecnología que será crucial en el futuro? ¡Anda ya! Pero
preguntarán: " ¿Cómo es que los 32.000 MW FV en Alemania
cuestan en la factura 1,37 ct/€/kWh y los 4.300 MW en España 1,02
ct/€? Buena pregunta. Pues son datos que no se pueden comparar así
que así. No es solamente el sistema de primas mal diseñado en las
leyes que comenté en la nota anterior. El consumo total de
electricidad en Alemania es casi el doble (485 TWh) que en España,
el coste se reparte entre más kWh. Luego la producción de la
fotovoltaica en España puede llegar a ser el doble que en Alemania,
se generan más kWh por placa instalada, mucho más. Da mucha rabia
el bloqueo absurdo a la fotovoltaica que sufrimos en España. El
concepto del balance neto es la solución perfecta para el suministro
eléctrico en un país como España para particulares y la industria.
Las eléctricas, que en sus planes estratégicos no tenían en cuenta
ni la energía eólica ni el auge de la fotovoltaica, temen por sus
inversiones en medios equivocados y lo remedian contratando
'asesores' del mundo político para frenar el avance de las
renovables. No hay problema, el ciudadano de a pie se lo traga todo y
paga, como siempre.
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