Notas
de un emigrante XVII
celebrando
el uno de mayo
El
1 de mayo también se celebra en Alemania. Por supuesto, el día del
trabajador, y Marx era alemán, que la tradición obliga. Me refiero
a Karl, Carlos digo, no a Groucho. Pues en las ciudades, tocan las
manifestaciones correspondientes y no faltan motivos ni participantes
estos años.
En
el campo, en los pueblos, la gente va de parranda. Primero un paseo,
una marcha, que es bueno para la salud, para luego recalar en una
repostería rural para ponerse morado de cerveza en una terraza.
Amenizado por músicos de diferente calado y acompañado por la
infalible Bratwurst. Tuve la suerte que unos aborígenes me invitaron
a participar en su paseo y acepté encantado para tomar nota de las
costumbres y rituales festivos y, todo hay que decirlo, para pasarlo
bien.
Así
que me apunto y nos encaminamos por un valle cerrado siguiendo el
lecho de un pequeño riachuelo. El ambiente es más bien amazónico,
verde y bosque denso, arboles más altos que el Pilar y una presencia
de flores sobrecogedora. Primavera, primerísima. Precioso el
paisaje, el ojo disfruta tanto como la nariz. Después de una
caminata de un par de horas tomamos un descanso en una finca, un
molino en medio del valle, bien preparado para la llegada de los
visitantes.
Nos
encontramos en un sitio soleado, con bancos para descansar y
suministro de todo lo que haga falta. Cerveza de la buena, unas
salchichas Bratwurst para reponerse del esfuerzo y un escenario,
donde media docena de músicos monta una Jam-session de Jazz y Blues
que tocan divinamente, con Saxofón y hasta un cantante negro,
perdón, un cantante de raíces africanas. Esto casi se parece a
Nueva York, pero sin rascacielos. Hasta el sol hace acto de presencia
y nos dedicamos a dejar columpiar nuestras almas. La gente se les ve
encantada y con la cerveza, más. Las caras cogen esa tez con tinte
tomatero que conocemos de los germánicos en Mallorca.
alguno se cansa de tanto andar..... |
Tengo
que reconocer que a los españoles se le considera aquí como de la
familia, se les alegra la cara si les dices que vienes de España,
luego te miran con cara de pena y dicen:“Está mal la cosa por ahí,
no?“
Mientras
tanto, en Alemania en estos días son los bávaros que dominan las
noticias. Primero, el Hoeness con sus millones en Suiza sin declarar,
luego el enredo vergonzoso con las plazas para los periodistas para
el juicio contra la pandilla de neonazis que mató a diez personas de
origen turco a lo largo de diez años. La corte suprema de Múnich se
empeña en hacer el ridículo por no ser capaz de poner una video
pantalla en una sala más grande para dar cabida a tanta demanda de
plazas. No debe de haber normativa para ello y sin tener una norma a
la que atenerse, no hay nada que hacer. Tipical deutsch. Media Europa
alucina con el follón que han montado y Alemania también. La
guindilla de la semana es que salta la noticia que 79 de los 187
diputados del parlamento bávaro tenían contratados a familiares
como secretarias y ayudantes, pagados con dinero público. Las
esposas, pero también hijos menores y sus madres. No es propiamente
ilegal, pero se considera que no es correcto, que no es de recibo. Lo
que me gusta aquí, es que tales noticias tienen consecuencias.
Ya
se han producido dos dimisiones, entre ellos el líder del grupo
conservador en el parlamento y los políticos están haciendo fila
para devolver el dinero pagado a sus familiares a las arcas del
estado. Parece que hay algo como el sentido de la vergüenza hasta
entre los políticos y la opinión pública tiene peso. Nada de
aguantar hasta que la gente pase página. No pasa página. Exige
rectificación. Da gusto verlo.
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