Victor Voltio
Notas de un
emigrante XII
¡Sorpresas que da
la vida! Sra. Christine Lagarde, la flamante presidenta del FMI, Fondo
Monetario Internacional, ameniza la Semana Santa con el reconocimiento que las
subvenciones a la energía salen muy caro a las arcas públicas de los países de
nuestro globo. Se apoya en un extenso informe de su organismo y da cifras: al año casi dos billones de dólares
o sea, el 8% de los ingresos públicos, del dinero de los contribuyentes a nivel
mundial, se gasta en subvencionar el negocio del suministro energético. Ahora diréis:
"ya lo sabemos, que la fotovoltaica es muy cara.... ". ¡PUES NO SEÑOR! ¡No está hablando de las
renovables! ¡Ella está hablando de las energías convencionales, el petróleo, el
gas, el carbón y la nuclear! Bienvenida a la realidad, Sra. Lagarde. Los que
luchamos en pro de las renovables, ya lo sabemos desde hace tiempo. Lo que
reciben las renovables es una propina comparado con lo que se endosan las compañías
de las energías fósiles. Claro, en la prensa esto se lee de otra manera, las
empresas de las renovables no tienen fondos para poner cientos de páginas de
anuncios al año, como Endesa o Repsol. La opinión publicada siempre transmite
que las renovables tienen la culpa del déficit tarifario, de la crisis y de
todos los males que afectan a la felicidad del ciudadano. 1.900.000.000.000$ de
dinero público para la energía fósil al año, hay que saborear esa cifra. Sin
semejante subvención a las energías convencionales, las renovables les ganarían
por goleada en costes. Y aún así, ya está llegando la paridad de red, la
"grid parity" para la fotovoltaica... Razón demás para fusilar a todo
el sector de la fotovoltaica en España, aunque sea el sector industrial con más
enfoque de futuro. ¡No vaya hacer competencia ‘desleal’ a un negocio
establecido! Y no sólo le ha tocado a la fotovoltaica. Recordad que la PRIMERA
ley que firmó Rajoy era el quite de toda ayuda a todo lo que suene a renovable.
Para algo es asesor presidencial de ENDESA el Sr. Aznar, y se gana sus nada
despreciables honorarios dirigiendo la política del gobierno hacía los
objetivos de sus amos.
En fin, es Semana
Santa, también en Alemania. Me despistó la Sra. Lagarde. No hay bombos ni
capirotes, los alemanes salen en manadas en busca del sol, Canarias, Grecia, España... Lo entiendo, que hace un frio que pela aquí.
Muchos de los que se quedan, participan en los
'Ostermarsch', una tradición pacifista que viene de lejos, una especie
de paseo-manifestación para toda la familia bajo un lema actual, como este año
la protesta contra la venta de armas alemanas a quien sea y pidiendo paz para
Afganistán, Siria, Mali. Desde los años sesenta se celebra en Semana Santa en
muchas ciudades. Los que se quedan en casa, con los rituales de familia. Los
padres esconden huevos de chocolate en el jardín, los niños salen el domingo
por la mañana con la cestita en la mano a buscarlos con ilusión y, este año,
con gorro y bufanda. Luego se ponen morados de comer chocolate. Y si son
felices, a comer perdices. Más feliz estaría yo en España. Ya le contaría yo
cuatro cositas sobre el 'espíritu aventurero' a la boba esa de Marina del
Corral, que parece que se limita a informarse en la serie 'españoles en el extranjero'. Bueno,
espero que algún día empezará la primavera también aquí. Nunca se sabe.
No hay comentarios:
Publicar un comentario